San Martín
fue el hombre de una causa: la causa de la Patria. No lo
entristecieron ni la calumnia ni las intrigas, porque el corazón granítico de
los hombres templados en la lucha, no cede ante la acción destructora del
tiempo. Por eso hoy no debemos ir a buscar ejemplos ni imitaciones en ninguna
parte, cuando tenemos en nuestra historia la página más pura que la humanidad
ha producido hasta nuestros tiempos. No debemos buscar inspiraciones extrañas,
cuando el General San Martín, allá en los Andes, hace más de 197 años, dejó
escrita para todas las generaciones la gloria y la forma de alcanzarla.
RETRATOS DE SAN MARTÍN
En esta ocasión los alumnos, padres, personal del hospital y
de la escuela hospitalaria realizaron retratos San Martín, uno de los próceres
más emblemáticos de nuestra historia.
La figura de este gran argentino no se agiganta sólo por los
laureles ganados en los campos de batalla, ni por su talla de Libertador de los
países de América, sino por su atrayente personalidad, asociada a los valores
que nuestro país, como nación, siente como propios.
Respetado pero poco comprendido en su época, el tiempo
agigantó su figura y la posteridad le ha brindado un merecido reconocimiento,
gratitud y admiración por su vida desinteresada de ambiciones personales, y
dedicada únicamente a luchar por la libertad y grandeza de nuestro país.
San Martín medía 1,70 m., no era muy alto; pero impresionaba
por su porte erguido, rostro moreno y tostado por la intemperie, nariz aguileña
y grande, ojos negros e inquietos de mirada clara, de modales esmerados,
decían: dicharachero y familiar, severo y parco, optimista, discreto,
profundamente reservado y caluroso en sus afectos; su voz, cuentan, era ronca.
San Martín no usaba frases grandilocuentes, hablaba con
sencillez, sus órdenes eran precisas y el chiste siempre espontáneo, contaba
Mitre.
Y recordando a nuestro prócer, a un hombre leal que no
prometía lo que no podía cumplir: decir la verdad, cumplir el deber y respetar la
palabra empeñada, fueron las tres reglas básicas de su vida.
Sus restos descansan en la Catedral de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.
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Alumnos de la Escuela Nº116 Santiago del Estero. |
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¡¡¡Gracias!!! |
Todo homenaje y recuerdo a nuestros próceres nos acercan a la historia; a nuestras raíces...no ayuda a construir un país mejor.
¡¡¡Gracias a los alumnos de la Escuela Nº 116; a nuestros alumnos hospitalarios,a los papás, a los docentes, a personal del hospital por su atenta colaboración!!!
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